James Rodríguez es uno de los jugadores a los que busca darle salida el Real Madrid. No es nada nuevo, tanto a Zinedine Zidane como al club les estorba el colombiano. Nunca existió buena conexión entre ambos, por uno u otro motivo, no hubo feeling entre técnico y jugador, de ahí la notable falta de minutos del mediapunta durante las diferentes etapas en las que coincidieron. Este curso gozó de una nueva oportunidad, aunque es evidentemente que nada cambió. Como tampoco cambió el buen rollo que sí existe con uno de sus extécnicos: Carlo Ancelotti.
No es tampoco nuevo el interés que ha mostrado el entrenador italiano de firmar a James para su Everton. Ancelotti aceptó la propuesta toffee a mediados de la presente temporada si le dotaban de poderes. Dicho y hecho. Entre sus planes, en una posición idílica, se encuentra el cafetero, al que encuentra clave para lanzar hacia posiciones europeas al club de Liverpool.
James estaba a la espera de que Ancelotti materializara su interés, que las palabras pasaran a ser hechos. El colombiano quiere cambiar de aires, quiere jugar y quiere sentirse importante. Precisamente puntos que encontraría de volver bajo el paraguas del italiano. En el Real Madrid, durante la etapa en el banquillo de éste, el todocampista dio su mejor nivel futbolístico. Era decisivo. Le requirió para su Bayern aunque allí no salieron las cosas y ahora con el Everton quiere repetir la ecuación.
Ancelotti pretende formalizar la operación y, según medios británicos, le querría ofrecer al colombiano un acuerdo de cuatro temporadas para que se decantara por Goodison Park. Es cierto que ha existido interés de otros clubes de mayor caché, como United o Juventus, pero son los toffees los que más esfuerzos están mostrado para que este verano aterrice James en Liverpool.
Sin embargo, a James aún le resta un año más de contrato con el Real Madrid, hasta 2021. Los blancos están dispuestos a negociar su salida pero bajo unas condiciones óptimas, no a precio de saldo. Su valor, según la web especializada Transfermarkt, era de 50 millones de euros este verano. Su precio en estos momentos ha caído ya hasta los 32 millones. Será un verano incierto en lo que a movimientos y precios de mercado se refiere, pero los blancos esperan algo más por un jugador que rondó los 80 millones en 2014.